La instalación del sistema de calefacción de gas consta de una caldera de gas que lleva el agua caliente a través de distintas tuberías hasta los diferentes radiadores repartidos por las distintas estancias del inmueble.
Existe otro método llamado suelo radiante que supone una revolución en la calefacción de gas natural, pues la hace mucho más eficiente. En este caso, el agua caliente procedente de la caldera fluye por unas tuberías de polietileno o polibutileno instaladas bajo el pavimento que hacen que el reparto de calor sea mucho más uniforme.
Al estar las tuberías instaladas en la totalidad de la extensión, el calor no realiza ningún movimiento circular, sino que asciende poco a poco de forma vertical, siendo siempre la zona más cercana al suelo la más caliente.